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a Uspallata por Villavicencio |
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Paseo a la precordillera que pasa por las otroras famosas termas de Villavicencio, cruza un panorámico camino de montaña y visita el fértil valle de Uspallata. |
Desde Mendoza son 94 km de ida y vuelta hasta Villavicencio. Más atractivo es el circuito de 190 km (con 38 km consolidados) que continúa hasta Uspallata y vuelve por la RN 7. El tramo Villavicencio-Uspallata no es transitable en un automóvil normal desde julio a octubre. Hay estaciones de servicio en Uspallata y Potrerillos, y restaurantes en Villavicencio, Uspallata, Potrerillos y Cacheuta; encontrará muy buenos hoteles en los tres últimos lugares. Paseo a Villavicencio: medio día; la vuelta por Uspallata: día completo. |
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Salga de Mendoza (km 0) por la Av. San Martín rumbo al norte. En el km 3 atravesará el Zanjón de Los Ciruelos, uno de los grandes canales de drenaje aluvional de la ciudad. Es el límite con el departamento de Las Heras, cuya área urbana se integra con la capital. La cabecera departamental es San Miguel de Las Heras |
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San Miguel de Las Heras |
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El origen de su poblamiento se remonta a tiempos precolombinos. En el siglo XVI, los españoles se establecieron a partir de la encomienda de Don Juan de La Cueva y pronto formaron barrios, que fueron arrabales de Mendoza. En 1750 ya existía, en el sitio de la actual ciudad, la capilla de San Miguel de Panquehua. Estaba en la propiedad de Don José Manuel Burgos, cuya familia donó terrenos para la villa. En 1885 la nueva iglesia fue elevada a parroquia y, en 1871, se creó el departamento. Recibió el nombre de uno de los principales generales de la Campaña Libertadora , Juan Gregorio Las Heras.
Continúe rumbo al norte. En el km 19, recomendamos un pequeño desvío para visitar el Campo Histórico El Plumerillo |
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Campo Histórico El Plumerillo |
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Para acceder continúe 1,4 km por la calle Independencia hacia el este para llegar a Lisandro Moyano. Allí, doble a la derecha y siga 100 m .
En este lugar, a fines de 1815 el general José de San Martín reunió los regimientos de los cuarteles de La Cañada , San Agustín y Santo Domingo para formar el Ejército de los Andes, con el que emprendió en 1817 la gloriosa Campaña Libertadora de Chile y Perú.
Los terrenos de esta localidad -conocida como El Plumerillo por la abundancia de blancos penachos semejantes a plumeros- fueron cedidos en préstamo por el vecino Don Francisco de Paula de La Reta. El ingeniero Alvarez Condarco delineó el campamento y el brigadier Bernardo O'Higgins construyó los cuarteles definitivos.
Desde aquí partieron las distintas columnas militares hacia Chile. El 9 de enero la primera, al mando del teniente coronel Cabot; el 14 de enero la segunda, dirigida por el coronel Freire; el 18 de enero la del general Las Heras, rumbo a UspaIlata; el 19 y 20 de enero la Primera División comandada por el general Soler, hacia Los Patos (San Juan); el 21 y 22 de enero, la Segunda ,División, bajo las órdenes del general O'Higgins. Finalmente, el 24 de enero partió el general San Martín, reuniéndose con las dos divisiones principales en el valle de Aconcagua, rumbo a Santiago de Chile.
Concluida la campaña, los cuarteles fueron desmontados, los materiales obsequiados a los pobres y los terrenos devueltos a sus dueños. En 1841, durante las luchas civiles, el campo volvió a concentrar tropas en las fuerzas unitarias de Lamadrid. Estas se enfrentaron más al sur con las fuerzas federales de Pacheco en la Batalla de Rodeo del Medio (24 de setiembre), la más cruenta de las guerras civiles del país, que definió la victoria de Rosas sobre los unitarios.
El sitio permaneció olvidado durante más de 80 años y recién en 1935 fue revalorizado con un monumento que es pórtico de acceso. Los auténticos cañones que lo flanquean fueron fundidos
en la maestranza de Fray Luis Beltrán. Ese mismo año se instaló una urna con las cenizas del general Gerónimo Espejo, que permanecieron en El Plumerillo hasta 1980, siendo luego trasladadas al Liceo Militar que lleva su nombre. El campo fue nuevamente remozado en 1995.
La capilla que hoy se aprecia en el lugar fue construida en 1870, en reemplazo del histórico templo destruido por el terremoto de 1861, donde solía escuchar misa el general San Martín. |
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Vuelva a la Av. San Martín y prosiga rumbo al norte. Recorrerá la localidad de Panquehua, de importante poblamiento huarpe. Allí se encuentra el casco de la Bodega González Videla |
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Bodega González Videla |
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Fue una influyente estancia en el siglo pasado. El interesante conjunto data de diversas épocas está organizado alrededor de una plaza, a Ia que se entra por una larga alameda. El cuerpo de bodega más antiguo data de 1856 y esta construido con adobones y tapia. La casa, levantada hacia 1863, fue una de las más lujosas d su época y recibió a distinguidas visitas, como los generales Mitre y Roca.
Pasadas las arboledas de Panquehua domina un paisaje piedemontano, pedregoso y poco vegetado.
En las sierras hay ricos yacimientos de piedra caliza, que han permitido el establecimiento de importantes plantas productoras de cemento Pórtland. Son las fábricas de Minetti y Corcemar, que verá junto al camino. Luego, se inicia una larga recta de 17 km que asciende por una vastísima planicie hasta llegar, en el km 35, a Canota |
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Canota |
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En este punto, marcado por dos murallones de piedra, el Ejército de los Andes se dividió en dos columnas: una, al mando de Las Heras, Martinez y Fray Luis Beltrán; la otra, bajo las órdenes de San Martín, O'Higgins y Soler. La pequeña ermita en el muro izquierdo guarda la imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo, nombrada por San Martín Patrona y Generala de su Ejército (1817).
Canota fue la antigua estancia del capitán español Juan Amaro del Campo. Desde la altura pueden apreciarse el extenso piedemonte y el pintoresco caserío minero de Salagasta, sobre la ladera montañosa.
En el km 42, el ascenso se torna sinuoso y atraviesa una zona de fuerte relieve, rica en manantiales que sustentan numerosos puestos ganaderos. La más importante de estas vertientes está en el km 47 y forma las Termas de Villavicencio |
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Termas de Villavicencio |
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Estan ubicadas a una altura de 1 .800 metros , sus aguas minerales, excelentes para beber, son famosas por sus propiedades curativas. Aquí se embotellan y luego comercializan en el país. El agua mineral Villavicencio proviene de estos manantiales.
Aunque el sitio ya era conocido en épocas aborígenes, sus valores terapéuticos se difundieron desde 1902. En 1941 se construyó el Gran Hotel, actualmente en restauración, un elegante lugar de descanso para turismo selecto.
El parque del Gran Hotel , a 400 m de la hostería, es excelente para caminatas. Frondosas arboledas, nostálgicas glorietas con hiedra y húmedos senderos serpenteantes integran la pintoresca imagen del edificio, inserto en el espléndido paisaje de la quebrada. |
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Antes de la entrada, a la izquierda, hay una pequeña hostería , propicia para terminar el paseo corto. Tiene un restaurante de minutas que ofrece buenos sandwiches y un salón de té. También hay un lugar para acampar.
Desde Villavicencio puede regresar a Mendoza por el mismo camino.
Para cubrir el circuito completo, continúe por la ruta hacia el oeste, a través de un camino consolidado de 38 km , recorriendo inicialmente los caracoles de Villavicencio.
Este tramo es apodado popularmente la ruta del año por ; sus 365 curvas. Es muy angosto, por lo que debe' ser recorrido con precaución; no se recomiende transitarlo entre julio y octubre.
En su viaje contemplará un magnífico paisaje árido desde la altura, con amplísimas vistas hacia los oasis agrícolas del norte de Mendoza y la , quebrada de Villavicencio. Podrá detenerse junto a impresionantes precipicios como el Balcón (km 57), cuyos paredones rocosos producen retumbantes ecos. En el km 62 llegará al punto más alto del recorrido, en la dilatada meseta de Cruz de Paramillo |
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Cruz de Paramillo |
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A 3.000 metros , permite descubrir el valle de Uspallata en todo su esplendor, al pie de la imponente cordillera. Alrededor del 1700, los jesuitas explotaron aquí una mina de plata y construyeron una pequeña capilla de piedra, cuya alta cruz dio nombre al lugar .
Años más tarde, la mina fue adquirida por el gran terrateniente Joseph de Villavicencio.
Cerca de 3 km más adelante encontrará restos de establecimientos mineros, a 500 m , una placa a la izquierda recuerda el paso del ilustre naturalista Carlos Darwin (1835), quien en este lugar descubrió ejemplares de araucarias fósiles. |
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En el km 67 finaliza el camino sinuoso y sigue la ruta rumbo a Uspallata. La visión del valle se abre completamente y aparecen alamedas, potreros chacras. Este dilatado espacio intermontano sé prolonga hacia el norte en los amplios valles de Calingasta, Rodeo e Iglesia, surcados antaño por el legendario Camino del Inca
En el km 85 llegará a Uspallata , p ara completar el circuito hacia Mendoza regrese por la RN 7. El tramo del camino internacional y hacia las villas de Uspallata, Cacheuta y Potrerillos. |
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