Lo primero que hay que hacer para subir hasta la conocida ventana es aprender a vestirse. Hay que llevar calzado cómodo o zapatos de trekking, medias, pantalón tipo jogging, remera, un abrigo liviano o polar, gorro, lentes de sol y, si hace frío, el equipo puede completarse con un buen par de guantes. Dentro de una pequeña mochila no pueden faltar algunas barritas de cereal, una o dos botellas de agua mineral y una muda para cambiarse una vez que finaliza el ascenso.
La base del cerro Ventana es el punto de partida, el lugar donde comienza el ascenso, previa entrada al Parque Provincial Ernesto Tornquist. Allí hay que registrarse. La hora de partida es el dato que queda registrado para nuestra seguridad en las hojas del libro diario de ascensos y descensos.
Entre los posibles destinos aparecen Los Piletones Naturales, que es un recorrido de esfuerzo moderado y que demanda unas 2 a 3 horas de recorrido (ida y vuelta), y la Garganta Olvidada. De mucho menor esfuerzo, este recorrido nos permite acercarnos hasta una pequeña cascada natural y demanda tan sólo una hora (ida y vuelta).
El sendero autoguiado de mayor protagonismo es el que nos lleva directamente a la famosa abertura natural que dio nombre a todo el sistema serrano y desveló incluso al genial Charles Darwin cuando anduvo en la zona, aunque él no pudo encontrarla nunca.
Cerro Ventana donde el ascenso son cuatro horas de agreste caminata hasta la cima del Cerro, a 1.186 metros de altura. Desde allí se puede apreciar la famosa ventana, una abertura natural que determinó nombre del sistema y toda la comarca turística.
El boquete en la roca tiene 8 metros de alto, 5 de ancho y unos 10 de profundidad. Los indígenas encontraron en este cerro un magnífico lugar de observación.
Lo denominaban casuhati que significa "lugar alto desde donde se mira".
Para los jinetes avanzados existe una excursión apasionante: el ascenso a las cumbres de las Sierras de la Ventana.
La cabalgata dura cinco horas y tiene un poco de todo. Cruce del Arroyo Ventana, cabalgata por campo llano hacia los cerros y luego una trepada con sogas hasta el lugar donde se aprecia el Cordón Serrano y el regreso se hace a través de escarpados cañadones.